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Sábados 7 y 21 y domingo 22 de junio de 2008, Pedro Bernardo.

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Tres vueletes de similar corte: a duras penas pude ganar la altura del despegue pero decenas de giros en ascendencias muy suaves lograron mantenerme en el aire cerca de una hora.

Los primeros despegando desde la oeste a media tarde, y el del domingo desde la rampa de madera de la cara este a la una y media de la mañana. Éste último fue todo un tributo a los «cero coma con deriva» gracias a los cuales alargué el vuelo hasta una hora. Además tuvimos la suerte de encontrarnos en el despegue con Pepe, no el volador sino el cabrero, que hacía mucho tiempo que no veíamos.

Tal y como comentaba en uno de los posts anteriores, la quilla «de serie» de la U2 me resultaba demasiado corta y he sustituido el último segmento por el de mi vieja Laminar ST. Casualmente tienen el mismo diámetro siendo el de la U2 28 cm más corto. Ha resultado ser bastante más simple de lo que pensaba (sólo he tenido que hacer un pequeño taladro) y el resultado muy bueno. Desde mi punto de vista, con esos 28cm más de quilla he ganado en:

– mantenimiento de la cometa: la vela/sables rozan menos en el suelo al quedar más elevados,
– comodidad en el despegue: al quedar más elevada es más fácil levantarla del suelo cuando nos disponemos a despegar,
– seguridad en los aterrizajes: si por algún motivo no logramos acabar el aterrizaje incorporados la quilla llega antes al suelo.

Bueno, parece que todavía los buenos vuelos se hacen esperar.

Espero que no tarden mucho en llegar.

Jueves 15 de mayo de 2008, El Yelmo.

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Después de intentarlo sin éxito en el puente de mayo, volvimos a La Puerta en San Isidro labrador. Esta vez la previsión del viento era correcta, poniente todos los días, pero acompañado de lluvias a partir del viernes. Así es que, para que no nos pasase lo mismo que en el puente de mayo (en el que el único día que se voló fue el jueves), subimos directamente al Yelmo sin parar en La Puerta.

Nada más llegar el viento era ideal. Y para variar no había nadie excepto Miguel, vigilando la sierra. Él me confirmó que los vientos estaban bastante definidos de poniente, así es que me puse a montar sin más demora junto a su caseta.

Pero poco antes de terminar de montar el fantasma del levante apareció de nuevo. Que yo recuerde me ha tocado dos veces desmontar en el despegue del Yelmo, y todo apuntaba a que esta podía ser la tercera. En esa tesitura apareció Alf, un veterano parapentista al que hemos visto de unos años para acá en todas nuestras subidas al pico y que parece haberse establecido en la zona. Subía a dar un tandem a un bigardo que doblaba su peso con el que hablaba en inglés.

Por suerte siguieron entrando rachas de poniente que nos permitieron salir sin tener que esperar demasiado. Primero ellos y luego yo. Una racha de viento suave y estar a 1.700 metros sobre el nivel del mar son dos ingredientes ideales para que pueda correr bien la U2 y, por lo tanto, despegar como me gustaría hacerlo siempre.

U2_en_la_campa_de_el_yelmo (Cortijos Nuevos)
El vuelo fue básicamente un tranquilo planeo hasta la campa oficial, escorándome un poquito a la izquierda, hacia Hornos. Giré varias cositas muy suaves que me entraron por el camino, pero ninguna me permitió ganar altura, aunque sí mantenerme en la misma disfrutando del espectacular paisaje de La Sierra de Segura y las Villas en ésta época del año.

En el aterrizaje aproximé para entrar en el único trozo de la campa que parecía no estar sembrado. Se encontraba en su zona más alejada de la carretera de Cortijos Nuevos, justo detrás del pequeño cerro que se encuentra al noroeste de la campa.Los chopos cercanos indicaban viento de norte en el valle (y también me lo había comentado Alf en el despegue), así es que tomé dicha orientación en el planeo final. Entré con bastante velocidad que fui reduciendo lentamente dando un empujón final que acompañe con una breve carrera. En la misma el ala se orientó hacia la derecha haciendonos rotar más de 90 grados, pero sin mayores consecuencias. Justo en la zona que aterricé, entiendo que por la influencia del cerro, el viento tenía una orientación de nordeste, no de norte como había pensado.

El registro que dejó en el vario el vuelo número 298 fue el siguiente:

Altitud máxima: 1.709 m.
Ascendencia máxima: 1 m/s.
Duración: 26 min.

En fin, un vuelete cortito pero que me supo a gloria, y más teniendo en cuenta que la previsión se cumplió y el resto de los días fue un ir y venir de tormentas y nubarrones que a duras penas nos dejaron sacar las bicis.

Sábados 26 de enero y 9 de febrero de 2008, La Muela.

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Vuelos muy, muy, muy parecidos a los del estreno: mismo despegue, mismo aterrizaje, mismas condiciones y, por supuesto, misma cometa.

Mañana con algo de suerte tendremos más de lo mismo. Con un poquito más quizá disfrutemos de la primera ladera o, ojalá, la primera térmica… ¡no vaya a pensar al final La Cometa que su dueño no sabe girar!

Lunes 7 de enero de 2008, La Muela.

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Después de un mes paseándola por distintos despegues por fin la he podido estrenar. El mal tiempo y la ausencia casi total de viento me habían impedido despegarla antes. Cualquiera diría que he estado esperando a que los Reyes Majos me diesen un empujoncillo.

Con la última hora de luz ya en el horizonte y muy poquito viento tomé la decisión de despegar por la rampa de La Muela. Pance que llegó poco antes me dijo: «esto (refiriéndose al ala) despega sólo». Y era cierto, si la corría bien no tenía que tener ninguna dificultad para hacerla volar. Y así fue.

Y sin duda la espera ha merecido la pena. Aunque el vuelo fue un planeo directo hasta el aterrizaje las sensaciones que me transmitió el ala fueron muy agradables. Me resultó muy suave en los pocos giros que pude hacer con ella y en el aterrizaje me dio bastante confianza.

Conocí a Eneko, Isa y su perro, cuyo nombre ahora no soy capaz de recordar. Se tiraron el rollo y me esperaron en el aterrizaje para subirme a por el coche con su furgo. A ver si nos volvemos a ver pronto.

Este primer contacto me ha dejado un muy buen gusto y tengo muchas ganas de poder tener un segundo dentro de poco.

¡Buenos vuelos!